Tu presencia me alcanza aunque no quiera,
llevo el aroma de tu cuerpo fundiéndose en mi piel,
y te llevo entre mis horas
hundida en todo lo que soy,
como mi estandarte como mi color,
no puedo desterrarte
pues al hacerlo me marcharía yo mismo,
renunciando absurdamente a esta bendición.
Ya no tengo un plan,
mi única estrategia es el amor.
Sin estrategia
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